lunes, 12 de diciembre de 2011

Calaverita a Mónica

Por Ana Valeria Beltran

Una noche tenebrosa,
la maestra Mónica andaba sigilosa
y cuando ya estaba muy perezosa
a la parca le pareció asombrosa.

Hasta la vuelta de la esquina la siguió
pero luego la perdió
y  justo cuando salió
la muerte la espantó.

Mónica que iba a su gran mansión,
cantando una gran canción,
sintió una enorme respiración
y  era la catrina
que llevarla al panteón era su misión.

Ya en el panteón una tumba la paró,
y a la huesuda en una piedra se sentó,
así que Mónica a correr la obligó
mientras esta luz del sol se demoró
Ana Valeria Beltrán

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